La extraordinaria riqueza y calidad del manuscrito, en el que abunda el uso del oro y de los más ricos materiales, hicieron que se pensara en un encargo del rey Luis IX de Francia, San Luis, a mediados de la década de 1240. Sin embargo, recientemente, algunos medievalistas como François Avril o Allison Stones sostienen que es más probable que las miniaturas fueran realizadas en el norte de Francia, alrededor de 1250. Por otra parte es innegable la relación del códice con obras realizadas para San Luis, tanto manuscritos como la Biblia de San Juan de Acre (París Bibliothèque de l'Arsenal, 5211) o el Salterio de San Luis (París, Bibliothèque Nationale, Lat. 10525), como las vidrieras, esculturas y pinturas que adornaron la Sainte Chapelle de París.