Como hemos visto, el códice ha recibido distintas denominaciones, que son un buen resumen de su agitada trayectoria. Poco después de su realización el manuscrito salió de Francia camino de Italia, donde se escribieron las descripciones latinas de la parte superior e inferior de los folios, en una letra boloñesa fechable hacia 1300. También pudo estar en posesión de Carlos de Anjou, hermano de San Luis y primer rey de la dinastía angevina, que se estableció en Nápoles en 1266. La Biblia reaparece en Cracovia en 1604, según una inscripción en el primer folio del manuscrito, que atestigua que el obispo de Cracovia, Bernard Maciejowsky, regaló el códice al "rey de los persas", que no era otro que Sha Abbas el Grande, que reinó entre 1597 y 1628. La delegación Papal hizo entrega del Códice al Sha de Persia para pactar con él una alianza contra los turcos. La vieja Biblia de los Cruzados del Santo Rey de Francia llegó como regalo en las maletas de la delegación pontificia al palacio de un soberano musulmán.

El hombre que ocupaba el trono del pavo real, sintió verdadero entusiasmo por aquel presente tan exótico como caballeroso y ordenó que para su mejor comprensión, se incluyesen en el manuscrito comentarios marginales en lengua y escritura judeo-persa, que no traducían las inscripciones latinas sino que probablemente se inspiraron en las explicaciones que dieron los misioneros que llevaron el manuscrito a la corte del emperador.